miércoles, 9 de octubre de 2013

12 DE OCTUBRE: DÍA DEL RESPETO A LA DIVERSIDAD CULTURAL



El 12 de octubre, fecha en la que tradicionalmente se conmemoró la llegada de Colón a América, se promueve un día de reflexión histórica y diálogo intercultural acerca de los derechos de los pueblos originarios.
Anteriormente conocido como "Día de la Raza", el 12 de octubre, es una fecha utilizada en la Argentina para promover la reflexión histórica y el diálogo intercultural acerca de los derechos de los pueblos originarios. En este sentido, en el año 2010 el Poder Ejecutivo Nacional envió al Congreso un proyecto de ley para modificar el nombre de "Día de la Raza" por "Día de la Diversidad Cultural Americana".

¿Qué se conmemora el 12 de Octubre? 

El 12 de octubre, conocido anteriormente como Día de la Raza, se conmemora la fecha en que la expedición del genovés Cristóbal Colon llegó a las costas de una isla americana. De allí comienza el contacto entre Europa y América, y culmina con el Encuentro de los dos Mundos, llegándose a la transformación de todas las vidas humanas, europeas y americanas.

De esta manera, aquel 12 de octubre de 1492 provocó un encuentro de culturas completamente diferentes, modificó la economía mundial y desató cambios demográficos en toda América.

Actualmente con el nombre de Día de la Diversidad Cultural Americana, se busca promover desde distintos organismos una reflexión permanente acerca de la historia y encaminar hacia el dialogo para una diversidad cultural, como también allí están en pie la promoción de los Derechos Humanos de nuestros pueblos originarios, como lo marca la Constitución Nacional en su articulado sobre la igualdad de las personas, dándole la garantía del respeto a la identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural.

Una verdadera fecha para recordar, celebrar y trabajar para el bienestar de todas las culturas. Se trata de una fecha que habilita actualmente profundas reflexiones y debates, como también expresa las reivindicaciones de los pueblos originarios del continente americano.

Cambio en la efeméride: Día de la Diversidad Cultural Americana

Es muy importante la decisión de cambiar el nombre del feriado del 12 de octubre, ya que el término utilizado anteriormente (“Día de la Raza”)  es ofensivo y discriminatorio.

Desde hace años se ha venido debatiendo lo que sucedió en nuestro continente con la llegada de los conquistadores en 1492, por eso establecer un feriado donde se conmemore el respeto por la diversidad cultural, es un reconocimiento histórico para con los pueblos originarios

El cambio en el significado del feriado "implica armonizar la legislación nacional con el derecho de los pueblos indígenas, consagrando y reconociendo que los derechos humanos tienen los caracteres de universalidad, indivisibilidad e interdependencia",  informaron desde el Instituto Nacional contra la  Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI).

Vale destacar que la Constitución Nacional consagra el derecho a la igualdad en sus artículos 16 y 75, inciso 23; mientras que el artículo 75, inciso 17 reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos, garantizando el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural y el artículo 75, inciso 22 otorga jerarquía constitucional a los instrumentos internacionales de derechos humanos allí enumerados, los cuales a su vez consagran en más de una oportunidad el mencionado principio de igualdad y no discriminación.


Cabe mencionar, también, que esta transformación está en consonancia con la recomendación Nº 84 del Plan Nacional contra la Discriminación, que aconseja "Transformar el 12 de Octubre en un día de reflexión histórica y de diálogo intercultural".

27 DE SEPTIEMBRE: DÍA DE LA CONCIENCIA AMBIENTAL

Se declara el 27 de septiembre de cada año "Día Nacional de la Conciencia Ambiental".
Fecha de sanción: 7/12/1995
Fecha de publicación: 10/1/1996

Art. 1°: Declarar "Día Nacional de la Conciencia Ambiental" el 27 de septiembre de cada año en memoria de las personas fallecidas como consecuencia del escape de gas cianhídrico ocurrido en la ciudad de Avellaneda, Provincia de Buenos Aires, el 27 de septiembre de 1993.

Art. 2°: A partir de la vigencia de la presente ley, todos lo años en dicha fecha se recordará, en los establecimientos educativos primarios y secundarios, los derechos y deberes relacionados con el ambiente mencionados en la Constitución Nacional.

Art. 3°: Las autoridades públicas que correspondan, adoptarán las medidas pertinentes destinadas al permanente recordatorio de las víctimas fatales.

Art. 4°: Comuníquese al Poder Ejecutivo

El 27 de septiembre de cada año se consagró por Ley Nacional, luego de que el vertido de sustancias tóxicas por la cloaca provocara la salida de contaminantes al aire de una casa vecina, provocando la muerte de 7 personas en Avellaneda, hecho ocurrido en el año 1993.


21 DE SEPTIEMBRE: DÍA INTERNACIONAL DE LA PAZ, DÍA DE LA PRIMAVERA, DÍA DEL ESTUDIANTE


La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 21 de septiembre "como Día Internacional de la Paz, y estará dedicado a conmemorar y fortalecer los ideales de paz en cada nación y en cada pueblo y entre ellos".

En un mensaje emitido en conmemoración del Día, en septiembre de 1998 el Secretario General rogó "a todo los líderes de las naciones en guerra que dejen a un lado sus propias ambiciones y que piensen en su pueblo, que resistan a la tentación de buscar la gloria por medio de la conquista y que reconozcan que la capacidad de gobernar pacíficamente, por si sola, les traerá a ellos y a sus pueblos las recompensas que merecen".

No es gratuito pensar en la necesidad de conmemorar un día de estas características. En tiempos convulsos como los que vivimos actualmente, se hace obligatoria una reflexión sobre los valores que sustentan nuestra cultura. Si hacemos de la violencia y la venganza el valor principal de nuestra convivencia no podemos pedir que las personas reaccionen con comportamientos pacíficos ante cualquier conflicto o situación.

Sin embargo, si nos convencemos de una vez por todas de que sólo a través del valor de la Paz puede conseguirse un mundo mejor, empezaremos a cambiar nuestras actitudes y comportamientos, desde lo cotidiano hasta lo más excepcional de nuestras vidas. Si no, seguiremos asistiendo al imperio de la violencia en todas sus caras, la mayoría de las veces disfrazada de "justicia".
El cambio de valores empieza por cambiar la forma de pensar de las personas. Si pensamos que a través de la violencia se solucionan los conflictos, seguirá habiendo violencia. Debemos ser valientes y fuertes para intentar llevar a cabo los ideales de la vida en paz, primero con nosotros y después con los demás. Los medios de comunicación y la educación deben ser las "armas" fundamentales de esta nueva forma de "guerra" por la paz. La batalla que más merece la pena en los tiempos que corren es la de la paz, para esto sí que hay que ser verdaderamente valientes: es muy fácil llamarse a si mismo "valiente" cuando se utiliza la violencia para solucionar un conflicto: en realidad es el mayor acto de cobardía que existe. La paz requiere un esfuerzo, al contrario que la violencia, que es una reacción primaria y visceral. Y merece la pena, intentémoslo.

El Día de la primavera es la celebración del cambio de estación invierno-primavera. En Argentina se celebra el 21 de septiembre de cada año, con festejos, la mayoría al aire libre, especialmente en parques y plazas, donde la juventud es protagonista. Además, se celebra la renovación de la naturaleza y la creatividad del espíritu humano. En Perú se celebra el 23 de septiembre de cada año. En México se celebra el 21 de marzo de cada año.


En la Argentina, desde 1902, el 21 de septiembre también es el Día del Estudiante, ya que fue en esa fecha que los restos de Domingo F. Sarmiento fueron repatriados.

Es por ello que la juventud es, quizás, la protagonista de los festejos del 21 de septiembre, eligiendo lugares al aire libre o cerca de la naturaleza, organizando picnics y disfrutando de actividades en espacios públicos. La consigna siempre es reunirse con amigos y pasar un buen día en espacios abiertos.

17 DE SEPTIEMBRE: DÍA DEL PROFESOR

En este día se recuerda al profesor José Manuel Estrada, que nació el 13 de julio de 1842 y falleció el 17 de septiembre de 1894.

Además de profesor fue historiador, orador, escritor, periodista y uno de los más destacados intelectuales de su época.

A los 24 años inició su carrera en la docencia y en poco tiempo sus Lecciones de Historia de la República Argentina se transformaron en un libro.

Durante la presidencia de Sarmiento fue Secretario de Relaciones Exteriores y, además, se le encargó la enseñanza de Instrucción Cívica en el mismo Colegio Nacional donde ya dictaba clases de Filosofía. Luego fue Jefe del Departamento General de Escuelas, Director de Escuelas Normales, Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, profesor de la Facultad de Derecho y Rector del Colegio Nacional.

11 DE SEPTIEMBRE: DÍA DEL MAESTRO




En 1943 la Conferencia Interamericana de Educación (integrada por educadores de toda América) se reunió en Panamá y estableció el 11 de setiembre como Día del Maestro.


Ninguna fecha es más oportuna para celebrar el día del maestro que el 11 de septiembre, día en que pasó a la inmortalidad Domingo Faustino Sarmiento. Por tanto, se declara Día del Maestro en todo el continente americano el 11 de septiembre.

DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO

Nació en San Juan el 15 de febrero de 1811. Su familia era una de las más antiguas de la región, tanto por los parentescos de su madre como por los de su padre, pero cuando él nació esa familia se encontraba en la pobreza. El matrimonio de José Clemente Sarmiento y Paula Albarracín tuvo muchos hijos, pero varios de ellos fallecieron antes de llegar a la juventud. Así fue como Domingo se convirtió en el único hijo varón. Mientras doña Paula mantenía el hogar con el producto de sus tejidos, don José Clemente aportaba dinero cuando conseguía algún trabajo. Así pasó la infancia de Sarmiento. A los cuatro años ya sabía leer y escribir, gracias a las enseñanzas de uno de sus tíos, el sacerdote José de Oro.

Cursa la instrucción primaria en la "Escuela de la Patria" de su ciudad natal, en esa época una de las mejores del país: por su inteligencia y contracción al estudio se lo proclama "primer ciudadano" de la escuela. Dos veces intentó continuar sus estudios en Buenos Aires, pero no pudo.

A los 15 años, acompañando a su tío, don José de Oro, funda en San Francisco del Monte (San Luis), la primera escuela entre los centenares que se le deben. Allí concibe la idea de que el progreso de la  patria está en la educación pública, idea que es el eje y la fuerza motriz de toda su vida. Al año siguiente, volvió a San Juan, donde trabajó dos años como dependiente de almacén y en los ratos libres, se dedica a leer sin cansancio. Toma como modelo a Franklin.
Se ve obligado por las circunstancias a tomar partido en la política y entonces se decide por el unitarismo y se lanza a la guerra civil.

En 1831, tras el triunfo de Facundo Quiroga, Sarmiento emigra a Chile. Es maestro en una escuela donde gana 13 pesos mensuales de sueldo. Luego es dependiente de tienda en Valparaíso y con la mitad de su sueldo se costea sus estudios de inglés. Pasa más tarde a ser mayordomo en las minas de Copiapó. Pero por razones de salud vuelve en 1836 a San Juan. Allí funda una sociedad dramática y luego en 1838, junto con varios jóvenes ilustrados, la Sociedad Literaria, filial de la Asociación de Mayo. Lee durante dos años infinidad de libros. Funda el Colegio Santa Rosa, para mujeres, y su primer periódico: El Zonda (1839).

El 18 de noviembre de 1840 salva milagrosamente su vida y  al día siguiente, toma la decisión del destierro. Es cuando escribe aquella frase en una de las rocas de los Andes: "Bárbaros, las ideas no se matan":
En Chile despliega gran actividad y se dedica a la política, apoyando a don Manuel Montt, su amigo y protector. Colabora en distintos periódicos, dirige la primera escuela normal de Sudamérica (1842), es nombrado miembro del cuerpo académico de la Facultad de Filosofía y Humanidades al fundarse en 1843 la Universidad de Chile, donde auspicia la simplificación ortográfica. Con Vicente Fidel López crea un colegio particular, el Liceo. Durante tres años (1842-1845) dirige El Progreso, primer diario, cronológicamente hablando, que aparece en la capital chilena. Publica varios textos escolares, cartillas y silabarios; dos millones de niños chilenos aprenden a leer por su Método de lectura gradual (1845). Desde el punto de vista literario, esa estadía de Sarmiento en Chile es la más fructífera de su existencia. A parte de numerosos artículos periodísticos edita "Mi defensa" (1843) y su trabajo sobre Aldao (1845), y gracias al obtenido se dedica a escribir Facundo (1845).

Viaja por Europa y Estados Unidos entre los años 1845 a 1848 enviado por el gobierno de Chile a estudiar la organización de la enseñanza primaria. Ese viaje completa su formación mental. De vuelta a Chile publica dos obras maestras, "Viajes por Europa, África y América" y "Educación Popular", ambas de 1849.

Al año siguiente, aparece "Argirópolis", libro en el cual aboga por la concordia de los argentinos y la adopción literal de la Constitución de los Estados Unidos. A fines de ese mismo año hace conocer "Recuerdos de Provincia", la más tierna de sus obras.

Se incorpora, con el grado de teniente coronel, al ejército de Urquiza (1852). Emplea en Palermo la misma pluma de Rosas para escribir el parte de victoria de la Batalla de Caseros. Disgustado con Urquiza, vuelve a Chile (junio de 1852), y allí publica su "Campaña en el Ejército Grande", y sostiene su célebre polémica con Juan Bautista Alberdi. En 1853 escribe "Los comentarios de la Constitución". Rechaza la diputación que le ofrece el Estado de Buenos Aires y, luego va al  Congreso de Paraná, en representación de Tucumán, proclamándose “provinciano en Buenos Aires, porteño en las provincias, argentino en todas partes”.
En 1855, impaciente por actuar en su patria, vuelve a Buenos Aires. Redacta el diario El Nacional, es electo concejal (1856), designado Director de Escuelas (1856-1862), y tres veces senador (en 1857, 1860 y 1861). En 1860 desempeña un papel muy lúcido en la Convención reformadora de la Constitución. Durante el gobierno de Bartolomé Mitre, trabajó a su lado por la unidad nacional, siendo Ministro de Gobierno. Fracasadas las gestiones pacíficas, y después de la batalla de Pavón, vuelve a las provincias de Cuyo. Es designado gobernador de San Juan, su provincia natal. En dos años de ejercicio de ese cargo (1862-1864) realiza una labor titánica, hasta que se le nombra ministro argentino en los Estados Unidos (1865-1868). Sin contar con partido propio es elegido Presidente de la Nación (1868-1874). Terminado el período presidencial es designado senador nacional por San Juan. En 1879 se desempeña efímeramente, en momentos muy difíciles, en la cartera del Interior. Dirige la instrucción primaria en la Provincia de Buenos Aires (1875-1879) y en el orden nacional (1881). Publica "Conflicto y armonía de las razas en América" (1883), va en misión cultural a Chile en 1884; edita el diario "El Censor" (1885), donde inserta después su libro sobre Francisco Javier Muñiz y "Vida de Dominguito", el hijo muerto en la guerra del Paraguay.

Resentido seriamente en su salud parte al Paraguay en 1887 y retorna al vecino país por última vez al año siguiente. El 11 de septiembre de 1888 fallece en Asunción. Sus restos fueron inhumados en Buenos Aires, diez días después. Ante su tumba, Carlos Pellegrini sintetizó el juicio general: "Fue el cerebro más poderoso que haya producido la América".


HIMNO A SARMIENTO

Fue la lucha tu vida y tu elemento; 
la fatiga, tu descanso y calma; 
la niñez, tu ilusión y tu contento, 
la que al darle el saber le diste el alma. 

Con la luz de tu ingenio iluminaste 
la razón, en la noche de ignorancia. 
Por ver grande a la Patria tú luchaste 
con la espada, con la pluma y la palabra. 

En su pecho, la niñez, de amor un templo 
te ha levantado, y en él sigues viviendo. 
Y al latir su corazón va repitiendo: 
¡Honor y gratitud al gran Sarmiento! 

¡Honor y gratitud! 
¡Y gratitud! 


¡Gloria y loor! ¡Honra sin par  
para el grande entre los grandes 
Padre del aula, Sarmiento inmortal! 

¡Gloria y loor! ¡Honra sin par!