La Madre Tierra es una expresión común utilizada para referirse al planeta Tierra en diversos países y regiones, lo que demuestra la interdependencia existente entre los seres humanos, las demás especies vivas y el planeta que todos habitamos. Por ejemplo, en Bolivia la llaman «Pacha Mama» y nuestros ancestros en Nicaragua se referían a ella como «Tonantzin».
La ONU (Organización de las Naciones Unidas) fue quien decidió designar el 22 de abril Día Internacional de la Madre Tierra invitando a todos los Estados Miembros, las organizaciones del sistema de as Naciones Unidas, las organizaciones internacionales, regionales y subregionales, la sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales y las partes interesadas a observar el Día Internacional de la Madre Tierra y crear conciencia al respecto.
Esta celebración es realizada desde 1970 con el fin de crear conciencia a los problemas de superpoblación, la producción de contaminación y la biodiversidad en el planeta.
Supone el reconocimiento de que la Tierra y sus ecosistemas nos proporcionan la vida y el sustento a lo largo de nuestra existencia. También supone reconocer la responsabilidad que nos corresponde, como se expone en la Declaración de Río de 1992, de promover la armonía con la naturaleza y la Tierra a fin de alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras.
¿Qué es la Carta de la Tierra?
La Carta de la Tierra está concebida como una declaración de principios éticos fundamentales y como una guía práctica de significado duradero, ampliamente compartida por todos los pueblos. De forma similar a la Declaración Universal de las Naciones Unidas, la Carta será utilizada como un código universal de conducta para guiar a los pueblos y naciones hacia el desarrollo sostenible. Es un llamado a la acción que añade nuevas y significativas dimensiones a lo que ha sido expresado en acuerdos y declaraciones previas sobre medio ambiente y desarrollo.
¿Por que necesitamos una Carta de la Tierra?
La transición hacia el desarrollo sostenible requiere cambios básicos tanto en las actitudes, como en los valores y el comportamiento de los pueblos, para lograr la equidad y la seguridad en los ámbitos social, económico y ecológico, en un contexto de recursos limitados. El proceso de la Carta de la Tierra reconoce la necesidad de estos cambios y de integrar las dimensiones ética, social, científica y económica a un marco de trabajo de valores operativos sostenibles para el Siglo 21. A través del apoyo a esta transición hacia la sostenibilidad, se contribuye también a restaurar y proteger la Tierra, como un hogar seguro para la humanidad y toda la comunidad viviente.
La Carta de la Tierra está concebida como una declaración de principios éticos fundamentales y como una guía práctica de significado duradero, ampliamente compartida por todos los pueblos. De forma similar a la Declaración Universal de las Naciones Unidas, la Carta será utilizada como un código universal de conducta para guiar a los pueblos y naciones hacia el desarrollo sostenible. Es un llamado a la acción que añade nuevas y significativas dimensiones a lo que ha sido expresado en acuerdos y declaraciones previas sobre medio ambiente y desarrollo.
¿Por que necesitamos una Carta de la Tierra?
La transición hacia el desarrollo sostenible requiere cambios básicos tanto en las actitudes, como en los valores y el comportamiento de los pueblos, para lograr la equidad y la seguridad en los ámbitos social, económico y ecológico, en un contexto de recursos limitados. El proceso de la Carta de la Tierra reconoce la necesidad de estos cambios y de integrar las dimensiones ética, social, científica y económica a un marco de trabajo de valores operativos sostenibles para el Siglo 21. A través del apoyo a esta transición hacia la sostenibilidad, se contribuye también a restaurar y proteger la Tierra, como un hogar seguro para la humanidad y toda la comunidad viviente.
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